Las graves inundaciones provocadas por el desbordamiento de los ríos en el municipio
Hace treinta años de la última gran riada en Aller
PEDRO RODRÍGUEZ CORTÉS CRONISTA OFICIAL DEL CENTRO ASTURIANO DE OVIEDOLa carencia de datos oficiales sobre la climatología en nuestro municipio nos remite al boca-boca de las generaciones anteriores o a los libros parroquiales que en algunos casos hacen referencia a catástrofes naturales que originaban daños y víctimas.
Vendavales, y sobre todo riadas y nevadas han propiciado enormes daños en vegas, prados, pomaradas, viviendas, cuadras, etc? En algunos casos como la tremenda nevada de 1888 arruinaría las cosechas durante varios años.
A lo largo del siglo XX han sido numerosas las riadas originadas por el río Aller. Hasta los años 50 siempre permaneció en la retina de los vecinos del alto Aller las de 1928 y 1938 con efectos devastadores en la ribera de los ríos y la desaparición casi total de los puentes. Diciembre ha sido un mes pródigo en riadas, primordialmente en la segunda mitad del siglo pasado. En la primera semana de diciembre de 1926 el río Aller registra una enorme crecida próxima a los cinco metros sobre el nivel ordinario. En la mañana del día cinco del citado mes en Moreda los vecinos contemplan atónitos como el río arrastra vacas, caballos, cerdos y árboles completos, los puentes desaparecieron en gran parte. Hay que matizar que el caudal y la furia de las aguas era extraordinario pero conviene poner de relieve que la construcción de los puentes en la mayoría de los casos era bastante endeble, si exceptuamos el diseño y la solidez de los construidos por los «gallegos» que dejaron huella de su robustez en la edificación y de su resistencia a las avenidas. Siguiendo la cronología de riadas el 12 de diciembre 1959 se produce una importante avenida que afecta sobre todo a las localidades bajas del concejo como Caborana donde el campo de Canamal y otros llerones son anegados. El 18 de diciembre de 1962 se desborda el río Aller como consecuencia del deshielo producido por las altas temperaturas y origina daños de diversa consideración. El 20 de diciembre 1967 una extraordinaria riada se lleva por delante 300 metros de la carretera de Casomera, afecta seriamente a la cantina del Vasco en Collanzo y queda aislada la estación del citado ferrocarril como consecuencia de los destrozos producidos en el puente que comunica con el pueblo. En Río Aller en una cuadra perecen nueve vacas y los daños en todo el concejo son muy elevados. El valle de Casomera quedaría incomunicado durante semanas.
Finalmente otra riada devastadora ocurre el 20 de diciembre de 1980 -justamente el mismo día 13 años después de 1967- originada por el deshielo y la coincidencia de un prolongado temporal de lluvias. En Felechosa arrasa dos viviendas y una cuadra. Se producen cortes de carretera a la altura de Llanos, en Bello y en las proximidades de Llamas, amén de un cuadro desolador que se percibe en toda la ribera de Cuevas hasta Caborana. Los daños en todo el municipio fueron enormes y el Ayuntamiento en reunión urgente los cuantificaba en mil millones de pesetas y los efectos de la incomunicación terrestre y ferroviaria, interesando del Gobierno Civil la situación del concejo como zona catastrófica.
Otros meses tradicionalmente de fuertes riadas a lo largo del siglo pasado fueron abril y septiembre. En este mes en los días 6, 7 y 8 de 1938, en plena guerra civil y después de un verano anormalmente caluroso, las lluvias torrenciales de los días citados origina una monumental riada que se lleva por delante casi todos los puentes. Un tren de viajeros de el Vasco en dirección a Oviedo entre Villasola y Bazuelo cayó al río y tres de sus ocupantes perecieron, probablemente, según testigos de la época estamos ante la mayor riada conocida. La pérdida de vidas humanas no ha sido relevante a consecuencia de las riadas. Fuera del concejo se pueden citar los seis fallecidos en Montealea (Parres) en la riada de 1926 a consecuencia del desplazamiento de una vivienda y los 3 citados del Vasco en 1938. A principios de siglo, el 14 de septiembre de 1909 tras ochos días de lluvia intensa en distintos lugares de la región perecen 4 personas ahogadas. En cuanto a Aller el 6 de junio de 1953 fallece un vecino de Llanos arrastrado por las aguas en el lugar conocido por Marimora en las proximidades de Collanzo. Otro vecino de Felechosa perdió la vida en las primeras décadas del pasado siglo en Cuevas en las estribaciones del puerto de San Isidro.
Tres noches decembrinas dantescas, casi coincidentes en la fecha, 18 de diciembre de 1962 y 20 de diciembre de 1967 y 1980, perdurarán en la memoria de los vecinos de Aller y particularmente de los valles de Casomera y Felechosa, sin fluido eléctrico, en la oscuridad más absoluta, bajo una lluvia implacable y de fondo el ruido sobrecogedor del río que amenazaba viviendas y haciendas.