ESTIMADOS AMIGOS DE LA PARROQUIA DE SANTIBAÑEZ DE LA FUENTE
¡muy buenas noches a todos!
Me siento plenamente orgulloso, honrado y satisfecho de estar en esta plaza; constituye para mí un inmenso honor estar aquí esta noche pregonando las fiestas en honor al Cristo del Amparo.
Digo que es un honor porque no tiene uno muchas ocasiones a lo largo de su vida de proclamar lo que siente por su pueblo.
Quiero que mis palabras sean sinceras, sentidas, brotadas del corazón y de los sentimientos.
Este pregonero viene cargado de afecto y cariño a este pueblo, que es lo que recibe y ha recibido siempre de su gente. El afecto, el cariño, ese motor tan potente de las emociones y los sentimientos, no se aprende en los manuales ni en cursillos; se aprende en la convivencia, en el calor de la familia y las amistades, en la vivencia de experiencias y, principalmente, en vosotros y vosotras, personas que hacéis y hacemos parte de nuestro recorrido vital guiñando un ojo a estos pueblos que forman la parroquia
Me han invitado a dar el pregón y la duda me surgió ¿Qué tengo yo que decir a mis paisanos? Me lo pensé mucho, no les respondí al momento, pero después me dije y porqué no, alguien tiene que hacerlo, además, es una forma magnífica de colaborar con estas personas que, desinteresadamente, dedican con anhelo su tiempo, y a veces hasta les cuesta poner dinero de su bolsillo, para organizarnos las fiestas a todos, utilizando para ello el tiempo libre de que disponen.
Seré breve en mis razonamientos – como exigía D. Quijote -, (por)que ninguno hay gustoso si es largo.
De entrada, me es grato imaginar que hacen ustedes un alto en su cotidiana tarea para escuchar con benevolencia esta serie de breves y personales consideraciones , tomadas de mis vivencias de niño, en este para mí siempre queridos pueblos de Santibañez , Collanzo y la fuente , en el que tuve la suerte de nacer, hace ya no poco tiempo.
Ciertamente, cuando, por ejemplo, uno cuenta que antes, en la Escuela, – allá por los años 60 – una pizarra, y un pizarrín bien afiléu, constituían casi la única herramienta de trabajo disponible; y que un único libro – la Enciclopedia Álvarez – traía todo lo que había que saber; o que a falta de televisión disfrutábamos con espadas de madera, trenes fechos con latas de sardinas y xuegos varios caleyando per los pueblos ; eran para nosotros más divertidas que todos los juegos de la Play Station juntos;
De mi infancia en este pueblo deciros que viví como cualquier niño, estudiando en la escuela de Collanzo , ayudando en casa cuando era necesario
Mis padres a lo largo de mi vida me han transmitido gran cantidad de valores, tanto humanos como cristianos: la honradez, la humildad, el servicio a los demás, el sentido de la vecindad, de la amistad, el compromiso, la responsabilidad, la solidaridad, la sinceridad; esos valores han ido forjando mi personalidad, pero debo reconocer que muchos de esos valores están enraizados en la gente de nuestro pueblo.
Por ello quiero tener un momento para recordar a mis padres , Justa y Ramon , personas muy queridas en nuestro pueblo
En estos últimos años hemos visto como nuestros pueblos han ido mejorando gracias en especial al trabajo de muchos vecinos que han luchado por lograr esas necesidades al igual que los vecinos de Caborana que hoy reciben nuestro galardón de Alleranos ejemplares por los continuos esfuerzos de no dejarse llevar por el desanimo y buscar esa vitalidad anímica entre sus vecinos .
Permitid que tenga unas palabras también para Cristina y Kiko , que al igual que mis padres han formado y educado una familia numerosa de manera ejemplar
No quiero terminar sin dirigirme a los jóvenes, vosotros sois el fermento de este pueblo, por eso os digo que hay que mantener las tradiciones, que las fiestas deben ser cada año mejores, y que vosotros sois los testigos que debéis tomar el relevo en la comisión, en las asociaciones, en donde haga falta para luchar por nuestro pueblo para que siga avanzando y sea un lugar donde cada vez se pueda vivir mejor.
Tampoco puedo olvidarme de todas aquellas personas que desinteresadamente colaboran para que estas fiestas se lleven a cabo
Bueno, tras este repaso que he dado al entorno de nuestras fiestas, de mi vida y de nuestro pueblo, ha llegado el momento de ir terminando, pues como dice el refrán “lo poco agrada pero lo mucho enfada”, o sea, que hay que ir acabando y voy a cumplir con el cometido que me corresponde:
• Ha llegado la hora de las Fiestas. Atrás quedan las dificultades cotidianas, los días complejos, las preocupaciones, el esfuerzo diario.
Os invito a que deis rienda suelta a vuestros sentimientos. Os propongo que derrochéis la alegría sana. Os invito a compartir la felicidad.
¡Vivid cada instante con intensidad! ¡Disfrutad cada minuto con pasión!
Muchas gracias.