Es la principal figura política de Aller. Alma de acero y alientos de gigante, cambió la faz del concejo que gemía oprimido por el más despótico y absorbente caciquismo.
Sus altas cualidades de nobleza y franca sinceridad, le captaron las simpatías del pueblo que ve en él su redentor.
Atento al cumplimiento de la Ley y teniendo por norma el desarrollo de los intereses municipales, realizó en la Alcaldía desde 1904 a 1907, la más fecunda labor que se recuerda en Aller.
Normalizó la Hacienda municipal, verdadera baraunda de documentos a justificar y partidas de data que no debían de figurar en caja, y satisfizo las deudas que tenía el. Ayuntamiento con la Diputación Provincial por contingentes atrasados y otras con la Hacienda por atenciones de instrucción primaria.
Obtuvo por R. 0, de Abril de 1904 la competente autorización del Gobierno para la adquisición del puerto Braña de San Isidro, de tanta utilidad para el concejo, verificándose más tarde la escritura de compra venta.
Resuelto el problema económico, procedió a dotar a los pueblos de los servicios más especiales: caminos vecinales y puentes, policía urbana, fuentes, cementerios y otros de que carecían en absoluto o estaban abandonados y en pésimas condiciones para el servicio.
Liquidó las obras de construcción de la calle-travesía en Cabañaquinta y reparó los caminos de Boo; de Moreda al cementerio; de Casanueva a Agüeria; camino de Rozada; rampa al puente de Moreda; camino de Cubrenes; de Collanzo a Casomera; de Collanzo a Felechosa; muro y rampa del camino de Serrapio; idem de Pelúgano; camino al puente de San Antonio de Piñeres; ensanche y reparación del de Levinco a Bello y otros muchos.
Puentes de la Hermita y Molín Peón; Valmedían; del Otero, en Nembra, puente de abajo, del Pino; el de Collanzo y el de Soto; dos en Bello; tres en Casomera y otros de menor importancia.
Liquidó las obras de traída de aguas a Cabañaquinta, dotando de este elemento a las parroquias de Santibáñez de Murias, Cuérigo, Sinariego, Nembra, Villar, Murias, Levines y Bello. Construyó los pozos de Collanzo y Caborana y dejó subastada la traida de aguas al pueblo de Escobio.
Ensanchó y reparó los cementerios de Santibáñez de la Fuente, San Román de Casomera, y los de Boo, Cuérigo, Vega y Soto, ampliando considerablemente el de Moreda y construyendo en él osario y capilla.
Reparadas las vías de comunicación, dotados de agua numerosos pueblos y ensanchado buen número de cementerios, dirigió su esfuerzo a la construcción de la nueva casa Consistorial, edificio suntuoso, que honra al concejo; venciendo su enérgica actitud las dificultades que se oponían a la realización de este magno proyecto. Construyó los edificios-escuelas de Boo, Llamas y Bello y reparó el de Nembra e hizo espaciosas cuadras para el servicio de los caballos sementales del Estado.
A su. gestión se debe la parte construida del camino vecinal de Moreda a Nembra, trabajando actualmente para conseguir su completa realización.
Consiguió la segregación, en la carretera de Lillo a Collanzo, del trozo 6º, que comprende de Collanzo al Pino y tiene las más lisonjeras noticias sobre el proyecto de carretera de Laviana a Cabañaquinta poniendo en juego, para su ejecución, su valiosa influencia con el ilustre Diputado don Melquiades Alvarez.
Aparte de los beneficios de orden material, positivos e inmediatos de su campaña, produjo otros de orden moral y acaso de más trascendental importancia, que ejerciendo su influjo bienhechor en el ánimo de estos sufridos labriegos, logró emanciparlos de la sumisión y terror de que estaban poseídos, dándoles personalidad y haciéndoles comprender lo que fue y lo que debe ser la acción administrativa de su Ayuntamiento
El ayuntamiento de Aller le debe eterna gratitud y nosotros nos complacemos en tributarle nuestro reconocimiento.
Agosto de 1908