Autor: Guillermo F. Lorenzo
Vamos a reproducir, por su curiosidad, un artículo aparecido en el diario REGIÓN, de Oviedo, el martes 29 de enero del año 1.935. Se escribe desde Oviedo, y carece de firma. Dice así:
«EL FERROCARRIL OVIEDO – COLLANZO»
«CON GRAN ENTUSIASMO FUÉ INAUGURADO EL DOMINGO EL ÚLTIMO TROZO»
«En un acto muy sencillo que el entusiasmo de los alleranos convirtió en gran fiesta, quedó inaugurado el domingo el último trozo de la nueva línea de los ferrocarriles Vasco – Asturianos, que une a Oviedo con Collanzo, inaugurando también una estación en Piñeres, entre las de Moreda y Cabanaquinta.»
«En el tren que sale de nuestra ciudad a las nueve de la mañana, salieron con dirección al concejo de Aller el subdirector de los Vasco – Asturianos, don Francisco Cabrera; el jefe del personal don Benito Collera, el inspector de movimiento don Armando Cabal; el jefe de talleres don José Viejo, y el contratista de las obras don José Perati.»
«A la comitiva se incorporaron numerosos alleranos residentes en la capital, entre los cuales figuraba gran número de bellas señoritas a las cuales no logró restar entusiasmo el mal tiempo que desde primera hora amenazaba con deslucir el acto.».
En casi todas las estaciones del trayecto el convoy fué recibido con grandes aclamaciones, y se agregaban a él numerosos viajeros que querían llegar hasta Collanzo, para inaugurar la nueva línea y para asociarse y participar en los varios festejos con que aquel vecindario se disponía a celebrar el acontecimiento.»
«Este entusiasmo llego a grado extraordinario al llegar el tren al concejo de Aller, especialmente al detenerse por primera vez en Piñeres, donde se hallaba congregado el vecindario en pleno.»
«Y cuando, finalmente, el convoy salió de Cabañaquinta y se internó por la nueva vía en dirección a Collanzo, comenzó la alegría a manifestarse con ininterrumpidos aplausos y vítores. La llegada al pintoresco pueblo citado, final del viaje, constituyó un magno acontecimiento. En la estación esperaban las autoridades, banda de música y numeroso público. Entre el estruendo de cohetes, vítores y aplausos, el tren llegó por primera vez a Collanzo y se detuvo en la estación. Los viajeros fueron objeto de la más cordial acogida, comenzando inmediatamente los grandes festejos que se habían preparado.»
La música no dejó descansar a los bailadores, o los bailadores no permitieron descanso a la música; la alegría se mantuvo ardientemente durante el día, y sólo ya avanzada la noche comenzó a decaer. Y ese que el frío convidaba poco a estar fuera de casa, pues aquellos montes se hallan ya completamente cubiertos de nieve. El entusiasmo lo venció todo, y la fiesta resultó digna del acontecimiento.»
«Nuestra enhorabuena a todos los Alleranos»
Guillermo F. Lorenzo